Como resultado de los recientes ataques informáticos contra Estonia, considerados en círculos especializados como el primer acto real de guerra cibernética en la historia, Estados Unidos se dispone a estudiar el caso para mejorar su propia defensa y la de sus aliados.
A mediados de mayo, Estonia fue objeto de lo que puede ser considerado como el primer acto de guerra cibernética en la historia. En efecto, mediante un ataque masivo y coordinado, desconocidos intentaron dejar fuera de servicio el mayor número posible de sitios web. Medios locales escriben que las hostilidades se habrían producido luego del controvertido traslado de un monumento en la capital Tallin.
Según se indica, la naturaleza del ataque hace extremadamente difícil identificar a los grupos o individuos responsables. Por ello, los estudios posteriores al ataque se concentran en establecer el patrón de las hostilidades cibernéticas, para así poder asegurar de mejor manera de las redes del país. Los estadounidenses desean aprovechar el evento para mejorar su propia defensa, y la de sus socios de la OTAN, contra ataques cibernéticos.
Según expertos en seguridad informática consultados por Network World, los ataques fueron excepcionales en el sentido que no provenían de una fuente específica, sino de una compleja red de computadoras, que incluían desde scripts primitivos distribuidos desde computadoras personales, hasta ataques coordinados en redes redes zombi.
Fuente: http://diarioti.com/gate/n.php?id=14638
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