domingo, 8 de julio de 2007

Argentina: voto electrónico, el e-gobierno y la e-democracia

Esteban Di Tada, de la Universidad de Palermo, analiza las consecuencias que podría tener la aplicación de herramientas tecnológicas en la democracia.

Esteban di Tada es decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo.

Una de las características de nuestro mundo es el enorme desarrollo alcanzado por las comunicaciones tanto desde el punto de vista tecnológico como desde el punto de vista humanístico. Ya no nos asombra que, perdidos en un camino de montaña o en el medio de una planicie, nos podamos comunicar por medio de un teléfono celular. Aun en el más recóndito pueblo es posible, por medio de un navegador satelital, no sólo conocer nuestra posición exacta sino también saber si hay una congestión de tránsito en la próxima autopista que debemos abordar. Pero también desde el punto de vista social el uso de técnicas comunicacionales se ha extendido a casi todas las áreas de la actividad humana. Y no ha sido ajena a ello la política. En este mundo moderno en que vivimos, hasta en una pequeña comuna se emplean técnicas comunicacionales para tratar de garantizar los resultados de una elección.

En general hasta ahora estas tecnologías se han utilizado en un solo sentido: del poder político hacia la población. Ha sido un medio de difusión de información. La realimentación de control para verificar la efectividad del mensaje se hace por medio de técnicas convencionales de encuestas. Pero un nuevo jugador ha entrado en el ruedo: Internet y las posibilidades de interacción que brinda.

A medida que se difunde el uso de Internet en las áreas de comercio, de educación y de comunicaciones en general, es natural que aparezca la idea de extender su uso a otras actividades sociales, como por ejemplo la elección de autoridades en los sistemas democráticos de gobierno. Nace así una nueva e que se ha dado en llamar e-democracia íntimamente asociada al e-Gobierno.
Vinculado a ello existe otro síndrome de la política moderna que consiste en el poco interés de la ciudadanía en asumir la responsabilidad de elegir las autoridades. Poco a poco el porcentaje de votantes que ejerce su derecho al voto en las elecciones es menor. Si bien no se ve afectada la legitimidad legal de las autoridades electas conlleva a una menor “legitimidad popular”. Estas circunstancias conducen a un desprestigio de los sistemas de gobierno democráticos.

Las últimas elecciones en Brasil han puesto en el tapete la idea del voto electrónico. Según es de público conocimiento la aplicación de nuevas tecnologías en los procesos electorales han sido plenamente exitosas en ese país. Pero esto no ha sido extensible a otros países que disponen una mayor tecnología como Estados Unidos, en donde hubo varios problemas por la utilización de lo que podríamos llamar urnas electrónicas.

Cabe recordar los problemas suscitados con el escrutinio del Estado de La Florida en el año 2000. Durante cinco semanas no se conoció la identidad del gobernador electo debido a lo parejo de los resultados. Este hecho generó la desconfianza del pueblo en la ecuanimidad del escrutinio. Es importante considerar que no sólo es necesario que una elección no sea fraudulenta sino que es también necesario que los votantes consideren que no lo es. Sólo así las autoridades electas serán realmente consideradas legítimas por la ciudadanía.

Como consecuencia de la experiencia de La Florida 2000 se afirmó en Estados Unidos la idea de estudiar en profundidad el problema del voto electrónico. El Internet Policy Institute de Estados Unidos apoyado por la National Science Foundation crearon un grupo de estudio que confeccionó el informe llamado “Report of the National Workshop on Internet Voting: Issues and Research Agenda”.

Según este informe, el voto electrónico se puede dividir en dos grandes grupos:

Automatización de las mesas actuales
Se refiere al uso de herramientas informáticas en las mesas de votación. La seguridad física del hardware y software y el control de identidad de los votantes están garantizados por las autoridades de mesa y los efectivos asignados por el comando electoral responsable. Este mecanismo permite agilizar el recuento de votos y acelera el escrutinio evitando, en general, los problemas que surgen cuando un candidato gana por una cantidad exigua de votos. En este tipo de elección pueden considerarse diversas estructuras entre las que podemos mencionar:

* Mesas independientes: Cada mesa es una unidad independiente no conectada a ninguna red local. Generalmente es emitido un ticket impreso en donde consta el candidato votado por el elector, quien lo introduce en una urna de manera similar a la actual. Así, en caso de destrucción de los soportes magnéticos, existe un respaldo de la información de la elección. Las mesas estarían organizadas de forma parecida a la actual, con grupos de alrededor de 200 ciudadanos.El presidente de mesa, una vez realizada la autenticación del elector y su capacidad para votar, habilita la máquina que se encuentra en el cuarto oscuro para que se emita uno y solo un voto.
* Mesas interconectadas: Cada lugar de votación dispone de una red local a la que se encuentran conectados todos los equipos de votación. La estructura es la de un servidor central por lugar de votación, dónde se encontraría el padrón electoral correspondiente. Se debe garantizar la integridad de la votación mediante el empleo de redundancias de almacenamiento que hagan que la probabilidad de un error que pudiera generar pérdida de información sea del mismo orden que la de un desastre natural como por ejemplo un terremoto o un incendio. Eventualmente podría existir una conexión a un sitio central al cual se enviarían por medio de ráfagas la información del escrutinio. Para instalar esta solución es necesario definir un protocolo de seguridad que garantice el proceso eleccionario.Esta estructura tiene la ventaja de no exigir la división del electorado en mesas, con lo que se lograría una mayor rapidez en el proceso electivo. Tampoco sería necesario dividir las mesas por género. El inconveniente de este método es que requiere la instalación de una red en cada sitio de votación. Podría ser substituida por una red inalámbrica.

Voto remoto por medio de Internet
Se refiere al voto que el elector puede emitir en un computador conectado a Internet, desde su domicilio, en un ciber café o en su lugar de trabajo. Basta una laptop y una conexión inalámbrica, mediante el empleo de un dispositivo móvil (teléfono celular, palm, etc.) con posibilidad de conexión a Internet.

Existe una solución intermedia entre la automatización de las mesas y el voto remoto, que llamaremos voto en kioscos, que consiste en instalar un computador en espacios públicos (centros de compra, por ejemplo) donde se puedan ofrecer los mismos servicios de seguridad que en las mesas de votación.

La ventaja del voto remoto es que un ciudadano puede emitir su voto aun cuando se encuentre distante del lugar de su residencia. Estas características podrían aumentar la participación de los ciudadanos en las elecciones, la que, como es sabido, tiende en la actualidad a disminuir drásticamente en casi todo el mundo. Sin embargo, en el voto por Internet quedan algunos problemas pendientes de resolver en lo que se refiere a la seguridad y, en particular, a la autenticación de los votantes. Hoy en día, la autenticación de la identidad basada en el empleo de la firma digital se fundamenta en lo que una persona conoce y no en lo que una persona es. Nuevos métodos de firma electrónica en los que se pueden emplear las características antropomórficas del individuo (huellas digitales, diseño del iris, etc.) podrían emplearse para garantizar que el votante sea quien dice ser y para que pueda votar solamente una vez. Pero ello requiere una infraestructura importante que no existe en la actualidad. Sin embargo, el secreto del voto puede razonablemente ser garantizado por los medios de cifrado actuales.

Además de las soluciones tecnológicas que es necesario aplicar para garantizar una elección justa, hay aspectos culturales del voto electrónico que deben ser analizados con sumo cuidado. ¿Quién podría haber pensado hace no mucho tiempo, que sería posible y razonablemente seguro realizar operaciones comerciales y financieras por medio de Internet?. Hoy, el porcentaje de personas que vende, compra y paga por Internet va aumentando rápidamente. ¿Por qué no pensar que esta sensación de seguridad, avalada por mejoras en la tecnología, hará que futuras generaciones vean la votación por Internet como más segura que la actual, por medio de boletas de papel?

La democracia, tal cual se la concibe hoy, es representativa. El pueblo no gobierna en forma directa, sino que lo hace por medio de sus representantes. ¿Es ésta una característica inherente a la democracia misma o debida a la imposibilidad de implementar una real democracia directa? La inclusión de nuevas tecnologías podría traer aparejado un nuevo paradigma de Democracia, quizá una democracia mucho más “directa” que la actual.

Ahora bien, ¿qué pasará con los partidos políticos en este nuevo escenario tecnológico? ¿Perderán su fuerza? ¿Requerirán la misma estructura que hoy tienen? ¿Cambiará la importancia de los partidos en el ejercicio de la política? Más aún. ¿Aceptarán los partidos políticos estas nuevas tecnologías electorales? No tengo respuesta a estas preguntas, pero sí la convicción de que tan necesario es analizar el pasado como fundamental es prever el futuro para que éste no nos tome por sorpresa.

Tal vez la extensión de la tecnología informática al gobierno electrónico y al mecanismo de elecciones haga posible que en un futuro no tan lejano, un presidente pueda dialogar y consultar a millones de ciudadanos y conocer sus respuestas al instante.

El límite está en nosotros.

Fuente: http://www.infobaeprofesional.com/notas/48459-El-voto-electronico-el-e-gobierno-y-la-e-democracia.html?cookie

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